Me gustaría.
En serio me gustaría muchísimo hablar contigo, conocer tus ideas, y por supuesto: A tí mismo.
¿La razón? Eres muy inteligente, lo demuestras a diario cuando al hablar exiges razones, cuestionas y justificas al frente de todos como jamás había visto hacer a nadie. Siempre dispuesto a ayudar y mejorar.
¿Frío? Puede ser. Al menos es la apariencia que logro ver en tí. Glacial cómo tus ojos, pero con una sonrisa que a su vez me hace sonreír a mí.
Y aunque algo serio y distante, estoy segura que me gustaría saber quién está tras aquellos ojos azules.
Y por unos minutos más, me pierdo en tus ojos mientras sigues hablando y hablando sabiamente.
*
*
*
Por favor, no me despierten del trance.